¿Qué tratamientos hay para la dermatitis atópica?
Para la dermatitis atópica hay múltiples tratamientos que pueden ayudar a mejorar la barrera de la piel al igual que a disminuir la inflamación.
La principal estrategia para tratar la dermatitis atópica es mantener la piel hidratada, y para esto contamos con una serie de cremas formuladas específicamente para este tipo de piel que no solamente ayuda a hidratar, sino que le aportan a la piel algunos de los componentes que están faltando, como es el caso de las ceramidas, un tipo de grasa que ayuda a mantener la barrera de la piel.
Por otro lado, tenemos los medicamentos que nos ayudan a controlar la inflamación de la piel. Estos pueden venir en forma de cremas, pastillas, fototerapia o inyecciones.
Entre las cremas que tu dermatólogo te puede formular están:
Esteroides: son uno de los pilares de tratamiento de la dermatitis atópica ya que ayudan a desinflamar rápidamente la piel. Aquí encontramos la hidrocortisona, la desonida, la betametasona y el clobetasol, entre otros. Sobre estos, es importante saber que hay unos más potentes que otros, y la elección por parte de tu dermatólogo dependerá de la edad, la localización y la gravedad de las lesiones. No se pueden utilizar por periodos prolongados por los efectos secundarios, lo ideal es consultar con tu dermatólogo para que te de las indicaciones del tratamiento. Lo ideal es no automedicarse.
Tacrolimus: otro medicamento que nos permite disminuir la inflamación de la piel, aunque no debe usarse en momentos de crisis ya que puede generar picazón y ardor en las zonas fisuradas. Como tal, nos sirve para aplicarlo a largo plazo de mantenimiento de forma “preventiva”. Con esto nos referimos a que podemos aplicarlo en las zonas donde normalmente aparecen las lesiones incluso cuando no las tenemos, para evitar que surjan.
Crisaborol: este es un medicamento recientemente aprobado en Colombia que puede ser útil para disminuir la inflamación en zonas que han sido de más difícil manejo con las otras cremas.
De todos los anteriores, tenemos que resaltar que son MEDICAMENTOS y como tal, debemos usarlos estrictamente como los formula el dermatólogo, ya que no están libres de efectos adversos y complicaciones. Como se mencionó antes, es una buena opción aplicar estas cremas justo después del baño, cuando la piel sigue húmeda, y aplicando sobre esta la crema humectante para ayudar a que el medicamento tenga mayor acción.
La fototerapia es un tipo de tratamiento realizado en algunos centros dermatológicos en los cuales se usan unos rayos específicos de luz ultravioleta que ayudan a desinflamar la piel. Este tipo de terapia es ideal en casos muy extensos que no han respondido únicamente a cremas. Es un tratamiento muy seguro y efectivo que requiere del compromiso del paciente para desplazarse al sitio de tratamiento para realizarlo al menos dos veces a la semana durante la fase inicial.
Entre las medidas de tratamiento tomadas están:
La selección entre estos tratamientos se hará de manera conjunta con tu dermatólogo teniendo en cuenta la edad, la gravedad del caso, la extensión, y otras enfermedades.
¿Hay necesidad de usar antibióticos en la dermatitis atópica?
Es posible que durante el tratamiento de la dermatitis atópica tu dermatólogo te recomiende usar algunas medidas que buscan disminuir la cantidad de bacterias en la piel, entre los cuales se incluye el uso de antibióticos como el ácido fusídico, o incluso, el uso de baños con cloro. Esto va de la mano con la aparición de costras amarillas y la salida de líquido desde las zonas con dermatitis, sin embargo, esto es un tratamiento que debe ser transitorio y que solo debe hacerse bajo recomendación médica, ya que al usar este tipo de tratamientos podemos afectar también las bacterias buenas que habitan nuestra piel y que nos ayudan a evitar más daño e infecciones.
¿Qué es la terapia reactiva y la proactiva en la dermatitis atópica?
Es probable que durante la visita con tu dermatólogo haga referencia a estos dos términos que son esenciales para el tratamiento de la dermatitis atópica.
– Terapia reactiva: hace referencia al uso de las cremas con medicamento cuando hay lesiones de piel visibles. En esta etapa, las cremas suelen ser de uso diario mientras se logra el control de la crisis.
-Terapia proactiva: cuando la crisis está controlada es una opción continuar usando algunos tratamientos como el tacrolimus dos o tres veces a la semana en zonas donde suelen aparecer aquellas lesiones de más difícil manejo para evitar que aparezcan nuevamente.
¿Puedo usar antihistamínicos si tengo dermatitis atópica?
Los antihistamínicos son medicamentos de fácil acceso en nuestro medio entre los cuales se encuentran la cetirizina, la loratadina y la difenhidramina. Aunque son útiles para el manejo de la picazón de otras causas y condiciones alérgicas, su uso no ataca la verdadera causa de la picazón en la dermatitis atópica, que se explica por la resequedad e inflamación de la piel. Como tal, aunque su uso no se contraindica en la dermatitis atópica, no son la solución para controlar la picazón.
¿Por qué es tan importante intentar no rascarse?
La picazón es un aspecto característico de la dermatitis atópica. Al generarse el rascado, aumenta cada vez más la inflamación local en la piel, lo que libera unos factores que intensifican aún más la comezón. Por lo anterior es recomendable intentar buscar distractores en caso de sentir picazón o, alternativamente, tomar la picazón como indicación de la necesidad de aplicar más crema hidratante, por lo cual es importante siempre tenerla a la mano.
¿Cómo se hacen los baños de cloro o de lejía?
Los baños con cloro pueden ser recomendados por tu dermatólogo para disminuir la carga de bacterias que hay en la piel, en especial cuando hay crisis recurrentes. La siguiente recomendación logra una concentración de cloro similar a la de las piscinas, por lo cual no implica un alto riesgo, pero solo debe hacerse bajo supervisión médica.
Para estos baños es necesario tener un blanqueador o cloro regular de uso en el hogar (hipoclorito de sodio al 5,25%) y una bañera o una ponchera con agua a temperatura ambiente. Según el tamaño de la bañera se recomienda:
– Bañera estándar de 40 galones (150 litros) = ½ taza de lejía
– Bañera pequeña de 20 galones (75 litros) = ¼ taza de lejía
– Ponchera para bebés de 4 galones (15 litros) = 1 cucharada
Posterior a esto se debe estar en la bañera, sin sumergir la cara ni la cabeza, por unos 5 a 10 minutos (no más de 15 minutos). Al salir, se debe de enjuagar completamente con agua tibia y se debe humectar.
Recuerden que esta terapia debe ser indicada por tu dermatólogo porque en algunos pacientes podría empeorar el cuadro clínico de la dermatitis atópica.
¿Cómo se usan las pijamas húmedas?
Las pijamas húmedas y la oclusión son una estrategia muy efectiva en caso de momentos de crisis de picazón o dolor, ya que pueden ayudar no solo a hidratar más la piel para disminuir la picazón, sino también para permitir mayor acción de las cremas medicadas.
Para hacerlas se usa tela o gasas de algodón húmedas que luego se van a cubrir con una pijama. Luego de aplicar la crema medicada y el humectante, siguen estos pasos:
1.
Humedece la tela en agua tibia sin que quede escurriendo
2.
Cubre el área afectada con la tela húmeda
3.
Sobre esta tela húmeda aplica una tela seca
4.
Pon la pijama o la ropa usual para dormir
5.
Déjala puesta toda la noche o hasta que se tolere (idealmente cuatro horas o más)
Esta técnica no debe usarse por más de 7 días consecutivos para disminuir el riesgo de una absorción excesiva de los compuestos. Igualmente, siempre debe hacerse bajo recomendación médica.
¿Qué relación guarda la dermatitis atópica con el estrés?
La piel está estrechamente vinculada con el cerebro y el sistema nervioso, en parte porque a través de la piel percibimos y nos relacionamos con nuestro entorno. Como tal, no solo hay mensajes que llegan de la piel al cerebro, sino que también hay mensajes en el sentido opuesto que generan cambios en nuestra piel. Como tal, las situaciones de estrés pueden desencadenar mayor inflamación en nuestra piel lo cual se puede reflejar además con mayores ganas de rascarse.
A esto se le suma el hecho de que el estar preocupados por el aspecto de nuestra piel puede retroalimentar este sentimiento de estrés, generando un círculo vicioso en el que, al aumentar el estrés, aumenta la picazón, lo que aumenta el rascado y también empeora las lesiones en la piel.
Como tal, una buena estrategia es recurrir a técnicas de relajación, yoga, meditación y mindfulness que ayuden a cortar este círculo vicioso. Siempre será una opción contar con apoyo psicológico.